De madrugada

Ésta madrugada me dio por correr las persianas y abrir la ventana,
por dejar que la luna se cuele entre ellas,
iluminando sobre la cama el lugar que antes ocupabas;
esta madrugada me dio por aspirar el viento frío
que mueve las nubes, que viaja entre montañas,
como esperando poder capturar la avanzada del perfume con el que me abrazabas;
ésta madrugada me dio por escribirte de nuevo,
como si no fueras la silueta que hace tiempo se marchó,
como si tu abundante cabellera aún reposara sobre mí.